
“EL ACORAZADO POTEMKIN”. Sergei M. Eisenstein (1925).
Doce años más tarde los bolcheviques se hicieron con el poder, poniendo punto final a la Rusia de los Zares y proclamando una República comunista bajo la dirección de Lenin.
En Marzo de 1925, el Comité Central del Partido Comunista Ruso, acordó producir una serie de ocho películas que sirvieran para conmemorar el vigésimo aniversario de lo que, a pesar de ser un levantamiento precedente, decidieron considerar el comienzo de la Revolución Comunista. Entre estas películas se encuentra, naturalmente, “El Acorazado Potemkin”, cuya dirección fue encomendada a Sergei Mikhaslovich Eisenstein.
Por primera vez, Eisenstein contribuye a la creación de las bases del lenguaje cinematográfico y el montaje, retratando el hecho histórico del Potemkin, a través de un auténtico torrente de primeros planos y planos medios, de manera increíblemente expresiva. Basándose en el montaje de atracciones y acentuando la importancia del componente emotivo, el cine soviético intenta reflejar la realidad dando un juicio ideológico sobre ella, en busca de un estímulo intelectual por parte del espectador, apoyándose en todo momento en el nuevo concepto del montaje: “El montaje ha sido establecido por el cine soviético como el nervio del cine. Determinar la naturaleza del montaje es resolver el problema específico del cine. Los primeros cineastas y teóricos del cine, consideraban el montaje como un medio de descripción, colocando las tomas individuales una tras otra, como ladrillos. Dentro de estas tomas-ladrillo el movimiento y la consiguiente longitud de los trozos componentes, fueron considerados como el ritmo. ¡Un concepto completamente falso! (...)”.
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